La Hermandad de la Columna de Ronda tiene un bello carácter propio, un sentir
diferente, una hermandad única, por ello, cada una de sus peculiaridades debe de tener un rinconcito en esta Web dedicada a Nuestra querida Hermandad y este es único y exclusivo y para la exaltación de los «Horquilleros de la Columna y de la Esperanza» ya que son más de 160 entre los dos tronos.
En la mayor parte de la geografía española, la peana donde van colocado Nuestros Sagrados titulares para ser paseados por las calles son llamados «Pasos» pero en la provincia de Málaga, donde son llevados a hombros, y por lo tanto en Ronda son llamados «Tronos», donde, al toque de la campana dado por el capataz de trono, los horquilleros vestidos de verde y blanco, meten hombro bajo el varal, y al segundo toque levantan a su sagrada imagen.
Los Horquilleros, sin despreciar a los demás, cumplen una de las labores más importantes en los desfiles ya que pasean en sus hombros, guiados por los capataces, a Ntro. Padre Jesús en la Columna y María Santísima de la Esperanza, pero no sólo ahí, sino que participan activamente en la vida de la Hermandad.
Los portadores de los tronos, mecen, elevan al cielo y pasean a Ntros. Titulares despacito y tranquilamente pos las calles de nuestra preciosa ciudad en la tarde-noche del Miércoles Santo, desde el popular barrio de San Cristóbal bajando hasta el Centro para pasar ante el Santísimo y encerrarse en la parte más antiguas del centro de la ciudad en una calle de ensueño, en la calle Ermita.
Todos hacen penitencia portando una gran carga sobre sus hombros, pero no pesa, ya que con la fe, la ilusión y la emoción de llevar a Nuestros titulares hace que el trono vuele, como si querubines lo mantuvieran colgados con cuerdas desde el cielo.
Pero aunque psicológicamente, el trono parezca volar, el peso que se soporta en los hombros estos horquilleros no es poco y aquel que no esté medianamente preparado puede sufrir algún daño, por eso los más importante es tener una buena preparación física.
Ahora todos conocemos a los Hoquilleros, imagen típica de la Semana Santa, pero ¿Sabemos cuál es el origen de los Hombres de trono, cargadores, portadores u horquilleros?, conózcalo:
Antiguamente y hasta la década de los 60, tales horquilleros no eran hermanos de las hermandades, sino que eran individuos contratados específicamente para portar los tronos en semana santa por las hermandades escogidos entre los cargadores de los muelles, ferroviarios y del mundo de la construcción. Cobraban un jornal por trono y se agrupaban en cuadrillas seleccionadas por los capataces, jefes y líderes del gremio.
El salario de los hombres de trono era escaso, casi simbólico a veces, por lo que aquellas cuadrillas trabajaban bajo los varales por verdadera afición. Tan afición y no otra cosa era aquel «apuntarse para llevar los tronos», que, hasta los años 60, durante el año, en cualquier época, se podía encontrar a capataces y hombres de trono en determinadas tabernas charlando de cofradías, de mesas de trono, de varales…
Allá por el año 1967-1968 el mundo de los hombres de trono entró en crisis y hubo dificultades con algunas cuadrillas. No se encontraban suficientes hombres y las cuadrillas se completaban a duras penas. Fue entonces cuando los jóvenes de las hermandades decidieron dar un paso al frente e incorporarse a los varales. Fue una revolución cofrade en la que los propios hermanos empezaron a portar los tronos.
En muy pocos años las hermandades pasaron de tener que pagar a hombres por llevar los tronos ha cobrar un donativo a los jóvenes que querían hacerlo.
Con la intención de diferenciar a unos de otros, se hizo caer en desuso el término «hombre de trono» y se empezó a utilizar el de «portador». Se alargaron varales en la mayoría de los tronos y la mujer se incorporó a las filas de nazarenos. Así se fraguó la Semana Santa actual en la que la mayor parte de los capataces son miembros de las juntas de gobierno de las cofradías y en la que, no obstante, algunos de los tronos más pesados cuentan bajo sus mesas con cuadrillas de refuerzo como el caso del popular «Submarino» de la Virgen de la Esperanza de Málaga.
Por este gran esfuerzo y aunque se haga por devoción, fe, ilusión o sueño, meterse debajo de un varal y portar los tronos en un gran recorrido por las calles de Ronda no es tarea fácil, por ello, dar las GRACIAS y que sigan por muchos años paseando por nuestras calles a Nuestros Titulares entre ¡Vivas!, Vítores y aplausos dirigidos a ellos y por supuesto a los HORQUILLEROS.